martes, 6 de marzo de 2012

Disculpe, ¿se puede gritar?

Hace un par de semanas, mientras volvía a casa, me sentía triste y enfadada. No me apetecía hacer nada, nada excepto GRITAR. Estuve horas deseando gritar y sin poder hacerlo debido a la hora que era. En ese momento, os puedo asegurar, que gritar era lo único que me habría echo sentir bien, pero no podía hacerlo. Si es de madrugada, no puedes (despiertas a los vecinos, estos pensarían mal y, personalmente, no me apetece que la policía se pare enfrente mío sólo porque me apetecía desahogarme en un momento puntual) y si es por la mañana o por la tarde, la gente te miraría como si fueras de otro planeta, pero... ¿Es justo?

Al final me evadí de mí misma pensando ¿Y si más cosas de las que creemos se solucionaran gritando? No puedo ser yo la única ¿no?
Existe un estudio que demuestra que gritando y blasfemando aguantas mejor el dolor. Si esto es así ¿no sería cierto que llevaríamos mejor los problemas personales si tuviéramos la libertad de gritar? ¿No seríamos así más felices?

En ese caso, está mal por parte de otra persona, que seguro habrá tenido problemas personales en su vida, que te mire mal si tú, de repente, gritas. Por otro lado, para evitar ser injustamente juzgado por la gente sociable ¿no creéis que sería buena idea que hubiera cabinas insonorizadas para desahogarte? ¿Está ahí la solución a nuestras paranoias personales?
Seguramente diréis "Qué tontería más grande". Pensad cuantas veces habéis tirado algo que teníais a mano al suelo, contra una pared, golpeado o deseado golpear algo por el hecho de reprimir un grito. Sólo por UN GRITO. ¿No es más fácil soltarlo y ya? ¿Hasta este punto estamos reprimidos que no podemos ni gritar?
Si en Futurama existen las cabinas de suicidio ¿por qué no?

En cualquier caso, mientras tanto, siempre nos quedarán los cojines.

-Coraline Aine